Beldi Tribe – Proyecto de recuperación agrícola y comunitaria



procesos arquitectónicos desarrollo sostenible

LOCALIZACIÓN: OULED HAMMOU (TAUNATE, MARUECO)
PROMOTORES: ASSOCIACIÓN “DREAMSEEDERS”, IDRISS BENABDELJELIL, OLIVIER VUILLEMIN (HASTA 2016)
REALIZACIÓN: 2012 – EN CURSO

 
Antecedentes
La finca “Beldi Tribe” tenía setecientas hectáreas dedicadas a la agricultura, hoy no quedan más de treinta y cinco.

En 1997 se inauguró el embalse de Al Wahda, uno de los mayores de África. Su inundación en 2001 provocó la desaparición de las explotaciones agrícolas del valle y con ellas los puestos de trabajo y el dinamismo social y económico que conllevaban.

Esto tuvo un fuerte impacto en los habitantes de la zona que fue aún más profundo en aquellos pueblos que de repente se encontraron aislados y de difícil acceso durante la temporada de lluvias, como es el caso de Ouled Hammou.

Ideas, sueños y objetivos
desarrollo sostenible arquitectura ruralEn 2012, unos jóvenes, uno de ellos vinculado al territorio en el que había vivido durante su infancia, decidieron volver a esos lugares movidos por la pasión por la naturaleza y con la intención de impulsar un proyecto capaz de combinar esa pasión con el deseo de hacer algo útil para la comunidad.

Después de la inundación, la población local se encontraba en el mismo territorio, pero al mismo tiempo desarraigada de él. No había sido capaz de recuperarse y buscar alternativas a la desaparición del modo de vida que se llevaba en esa zona, se encontraba en un estado de desánimo y no estaba dispuesta a aceptar ayuda externa. Sin embargo, las buenas relaciones que el padre de uno de los promotores había dejado en esas comunidades, al haber sido el último en cultivar esas tierras, permitieron superar ese bloqueo y poner en marcha una iniciativa vinculada a la permacultura y la sostenibilidad social.

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El objetivo era demostrar, mediante la reactivación de la granja, que la reactividad humana puede desarrollarse de forma respetuosa con la naturaleza y, al mismo tiempo, ser ética y rentable.

La iniciativa, sin embargo, no sólo implicaría el aspecto agrícola, sino también el comunitario, y esto se ha materializado a lo largo de los años con la construcción de infraestructuras como el tanque colector de agua de lluvia y un centro preescolar en y para la comunidad de Ouled Hammou.

Al principio hubo que enfrentarse al hecho de que el terreno elegido no contaba con ninguna infraestructura, presentando sólo unas pocas ruinas de edificios de piedra, así como a la falta de acceso, agua, electricidad y dificultades de suministro debido al aislamiento, y a la falta de motivación de la comunidad local.

Desarrollo del proyecto
A lo largo de los últimos diez años, los promotores han organizado actividades y han invitado a expertos que podían aportar herramientas y conocimientos reales para pensar, diseñar, planificar y poner en práctica los objetivos del proyecto. Algunas de las colaboraciones se adaptaron mejor que otras a la situación inicial sobre el terreno y en la comunidad y, por lo tanto, prosperaron, mientras que otras no lo hicieron, pero aun así aportaron valiosas lecciones.

En 2012 hubo el encuentro entre la iniciativa y Ctrl+Z en ocasión de un taller que se estaba impartiendo y durante el cual nació la idea de organizar un curso sobre la técnica del superadobe en la granja para la formación de los trabajadores locales, que se celebró en 2013.

Para entonces, los trabajos de construcción ya habían comenzado y contaban con las primeras instalaciones terminadas, como una cocina provisional, algunos espacios residenciales y aseos, y disponían de un tractor. Todo ello facilitó el desarrollo de las actividades de construcción y cultivo y la permanencia en la finca, permitiendo realizar trabajos y organizar actividades a otra escala.

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Approccio architettonico
Desde entonces se ha colaborado de forma estable para la construcción de los espacios de trabajo (almacenes de la granja, fragua y lechería), los establos y dos casas; la recuperación de las ruinas presentes en la propiedad para cocinas, almacenes y otros edificios inacabados para la futura venta de productos, actividades educativas…

El trabajo de Ctrl+Z se ha dividido entre el trabajo a distancia y lo sobre los terrenos de la granja de Ouled Hammou, donde a lo largo de los años ha permanecido durante varios periodos, algunos breves, otros de casi dos meses.

El interés que empujó a aceptar inmediatamente la propuesta fue el planteamiento de combinar los procesos de construcción con la formación del personal local y la experimentación con el fin de encontrar técnicas adecuadas y apropiadas para ser aplicadas con los medios y materiales disponibles localmente. Un esquema complicado al principio que se hizo más fácil con el desarrollo el proyecto. Durante las fases de diseño, construcción y experimentación, no se consideró la comunidad como un sujeto pasivo que espera las instrucciones de los técnicos, Arquitectura participativa realsino un sujeto activo que aporta tanto el “genius loci” como el conocimiento profundo del territorio desde el punto de vista físico y sociocultural. Indicaron, por ejemplo, los diferentes tipos de tierra presentes en el terreno y las formas tradicionales de mezclarlos y aplicarlos, así como la disponibilidad de otros materiales en los mercados cercanos.

Todos los implicados coincidieron en un “motu operandi” en el que la arquitectura no fuera un proceso independiente, sino que integrada en el desarrollo sostenible de la comunidad y el territorio. Este tipo de enfoque, comprometido con los valores del proyecto y vinculado a la comunidad local, beneficia a todas las partes implicadas y a la iniciativa en su conjunto. Los procesos de experimentación e investigación, así como los de diseño y planificación, se han llevado a cabo de forma compartida, lo que ha permitido perfeccionar las soluciones intermedias que se nutrieron de lo mejor de muchas fuentes.

Hasta la fecha, hay una docena de infraestructuras completas y operativas, y otra media docena en construcción, así como un proyecto de cultivo y movimiento natural del agua ejecutado in situ que incluye, entre otras cosas, cinco cuencas de recogida y retención de aguas pluviales.
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Logros arquitectónicos
Tras muchas pruebas, se eligió una técnica que incluye cimientos de piedra, una estructura de madera y cierres verticales de paja y arcilla (5%) protegidos por revoques tradicionales, tanto por su adaptabilidad al territorio y a los trabajadores locales como por sus propiedades térmicas, su durabilidad y su integración estética.
También se encontraron soluciones para los suelos, la calefacción (rocket stoves), etc.

En un contexto aislado y al mismo tiempo globalizado, la población local estaba abandonando las técnicas tradicionales en favor de edificios de bloques de hormigón y tejados de chapa de zinc que no estaban realmente adaptados al clima de la región y a la cultura local, además de suponer un gran gasto y presentar problemas logísticos de accesibilidad a los materiales.

Mediante la formación directa a través de cursos para sus trabajadores o indirectamente a través de la experimentación de diferentes técnicas para la construcción de las infraestructuras de la granja, se pudo contribuir a potenciar los conocimientos y materiales ya presentes en el lugar y a recuperar algunas técnicas en su forma original o actualizada, no sólo para la construcción de la granja, sino como conocimientos que cada uno de los constructores locales se llevó a casa para mejorar el entorno y los espacios vitales.

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desarrollo sostenible arquitectura ruralObjetivos y logros sociales
A medio y largo plazo, el objetivo de la iniciativa era establecer una relación simbiótica con la comunidad, de modo que ésta pudiera beneficiarse del dinamismo generado y el proyecto tuviera una comunidad en la que apoyarse.

Al principio de la iniciativa, la población, sobre todo los jóvenes, consideraba que abandonar la comunidad en favor de la ciudad era la única forma de mejorar su situación, por lo que muchos abandonaron el proyecto en cuanto reunieron suficientes ahorros para hacerlo. Uno de los principales logros de la iniciativa fue revertir esta situación y proporcionar a estos jóvenes razones para quedarse, no sólo económicamente, sino también en términos de orgullo por ser parte de la solución y el renacimiento de su comunidad.

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A pesar de todo lo que ya se ha conseguido, en mis conversaciones con los promotores, éstos creen que la primera fase aún está en desarrollo y que la infraestructura necesaria para poner en marcha el proyecto en todos sus aspectos (agricultura, formación, empleo local y en el futuro turismo, etc.) aún no está completa.

Su objetivo para los próximos 5 años sería funcionar al 100% como una granja productiva y autosuficiente que mejore el entorno físico y sociocultural en el que está inserta.

La mejora de los cultivos y la infraestructura para la cría de animales, la instalación de una red eléctrica solar y la construcción de algunas instalaciones de hostelería forman parte de sus nuevos objetivos para garantizar que el proyecto pueda seguir siendo una locomotora para toda la comunidad local y ampliar su objeto y propósito.

La mayor satisfacción consiste en comprobar cómo los conocimientos aportados se han incorporado por parte de la comunidad local y se están utilizando en su forma original o modificados para su mejor adaptación a las condiciones particulares de uso.

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